Las dudas del 'caso Delcy', un mes después
El 20 de enero un avión de madrugada llegaba a Barajas; un avión con la vicepresidenta de Venezuela en su interior.
En el aeropuerto madrileño se encontraba con el ministro de Transportes español, José Luis Ábalos, quien, oficialmente, fue el encargado de recordarle que no podía pisar suelo español a consecuencia de las sanciones que la Unión Europea había impuesto al régimen de Nicolás Maduro.
Una breve despedida, un encuentro de 20 minutos, una reunión... Son múltiples las versiones que sobre esa cita se han vertido. Algo que un mes después mantiene al ministro Ábalos en el centro de las críticas de la oposición.
Estas son las dudas que aún perduran. Un día antes, según informa El Mundo, el ministerio de Interior preparó la llegada del avión de Delcy, introduciendo así un nuevo interrogante en el caso. ¿Cuando se enteró el Gobierno del viaje? Desde el primer minuto, el Gobierno ha asegurado que la misma tarde que llegaba Delcy Rodríguez el Ministerio de Exteriores avisó a Interior de su llegada.
Ahora el departamento que dirige Grande Marlaska insiste en que se conoció solo cuatro horas antes del aterrizaje y califica la informacion de absolutamente falsa.
Pero el PP, a través de su secretario general, Teodoro García Egea, ha dicho que el Gobierno miente y conmina al presidente del Gobierno a dar una rueda de prensa antes de que la justicia le obligue a asistir a una rueda de reconocimiento, en referencia a la denuncia que el Partido Popular ha hecho ante los tribunales y que han logrado impedir el borrado de las imágenes que las cámaras de AENA.
Más dudas
La Justicia podría despejar más dudas. Ejemplo: ¿Cuánto duró el encuentro? Ábalos en su día aseguró que unos 20 o 25 minutos . Ante esto un vigilante del aeropuerto de Barajas, ahora apartado de su puesto ante notario ha dicho que el ministro de Transportes permaneció casi dos horas en el aeropuerto.
Otro interrogante: ¿pisó Delcy suelo español? El ministro aseguró que en ningún momento llegó a estar en la zona Shenguen ni se cometió ninguna irregularidad. Afirmación no unánime porque el vigilante testigo del encuentro ubica la sala VIP en una zona dentro del espacio fronterizo.
También queda por saber si la vicepresidenta de Maduro pasó equipaje sin control. Se niega desde el Gobierno, que desmiente a quienes apuntan a que se pasaron dos carros de maletas obviando la aduana.
Son dudas que alimentan una tormenta política ante la que Ábalos se enfrenta con un relevo en su ministerio: el del responsable de gestión de crisis.
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