25 años. Es la temprana edad a la que empiezan a manifestarse nuestros primeros achaques. Pérdida de visión, de memoria, o las primeras canas aparecen mucho antes de lo que nos imaginábamos.
El estilo de vida, las costumbres que tengamos en nuestro día a día, nuestra dieta o alimentación, el estrés al que estemos sometidos o la cantidad de ejercicio que hagamos son algunos factores que determinan un mejor o peor envejecimiento para los expertos.
Cumplir un cuarto de siglo ya no solo significa el final de la juventud, también el comienzo de la vejez.