Un estudio científico descubre una proteína clave en el desarrollo del autismo
Puede facilitar el diseño de futuras terapias experimentales y un mejor diagnóstico
Un estudio coliderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona ha identificado que la proteína CPEB4, que coordina la expresión de cientos de genes necesarios para la actividad neuronal, está alterada en el cerebro de los pacientes con autismo. El trabajo se ha publicado en la revista "Nature" .
"Al estudiar los cambios de expresión de proteínas en un modelo de ratón con la actividad de la CPEB4 alterada, nos llevamos la sorpresa de que incluían la mayoría de los genes de susceptibilidad al trastorno del espectro autista", apuntó José Lucas, investigador del CSIC y del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned).
Raúl Méndez, investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, y colíder del estudio, explicó que "este trabajo es un ejemplo de cómo la expresión de cientos de genes tiene que estar perfectamente coordinada para el correcto funcionamiento de los órganos y las células que lo componen. En este caso, las neuronas y el cerebro".
"Como en la génesis del autismo también pueden participar factores ambientales que alteran el correcto desarrollo del cerebro, tales como infecciones durante el embarazo, dado que CPEB4 se sabe que regula numerosos genes durante el desarrollo embrionario, se presenta como un posible nexo entre los factores ambientales que alteran el desarrollo del cerebro y los genes de predisposición al autismo", señaló Alberto Parras, primer autor de la publicación e investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid).
Según los investigadores, conocer las bases biológicas del autismo puede facilitar el diseño de futuras terapias experimentales y herramientas para el mejor diagnóstico de la enfermedad. Los expertos señalan que la CPEB4 podría ser una nueva diana terapéutica, aunque advierten que requerirá futuros estudios.
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