Ucrania continúa al borde del abismo, con la amenaza latente de una intervención rusa. Los últimos fracasos diplomáticos pueden empujar a Putin a una intervención armada localizada. De momento, este lunes ha regresado al país el expresidente ucraniano Poroshenko, pro-ruso y obligado a declarar ante los tribunales.
Palabras críticas de Poroshenko
La llegada del expresidente Poroshenko al aeropuerto de Kiev ha sido tumultuosa, en medio de partidarios y con trabas burocráticas.
“Es una vergüenza que mientras hay una amenaza rusa, el Gobierno ucraniano se dedique a combatir a la oposición”, se ha quejado el expresidente, uno de los hombres más ricos del país y acusado, precisamente, de alta traición por favorecer a los separatistas pro-rusos durante su mandato.
En ese contexto, Occidente advierte, un día más, del peligro de una intervención militar rusa en Ucrania. Lo último ha sido el ciberataque masivo a Ucrania, del que Moscú podría estar detrás. Washington amenaza, en ese caso, con responder.
De momento, Putin mueve sus cien mil hombres cerca de la frontera con Ucrania, en unos ejercicios considerados amenazantes. Desde el Pentágono están convencidos de que tarde o temprano, Moscú inventará una disculpa para intervenir.
“No creemos que Putin haya tomado todavía una posición final”, dice un portavoz del Pentágono, que confía en que aún quede tiempo para la diplomacia.
Alemania, por su parte, asegura que hará "todo lo posible" para evitar una mayor escalada de la tensión en torno a Ucrania y utilizará todos los medios diplomáticos para ello, prometió hoy la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, durante su primera visita a Kiev.