Boracay es una isla filipina que durante años fue el destino idílico de millones de visitantes. Por eso mismo, el paraíso se convirtió... en una cloaca.
Así que el gobierno decidió cerrarla el pasado mes de abril para limpiarla. Tras numerosos trabajos de recuperación, ya podemos ver el resultado.
Seis meses después ha vuelto a abrir sus puertas, eso sí, con nuevas normas que prohíben, por ejemplo, beber alcohol, fumar en la playa o colocar hamacas y sombrillas.