Recordamos los primeros teléfonos que llegaron a nuestras vidas. Con ellos, sólo se podía hablar, pero eran un gran avance en las telecomunicaciones. Una gran parte de ellos se recogen en un curioso museo de Madrid. Y hemos querido hacer un experimento: ¿sabrían usar un teléfono analógico los jóvenes de hoy?
En 1876 Grahan Bell obtuvo la primera patente del teléfono. Cuarenta años después se produjo la primera llamada trasatlántica entre Londres y Nueva York.
El teléfono revolucionó las comunicaciones y es la pasión de José Antonio Rodríguez, un madrileño que lleva tres décadas coleccionado teléfonos.
Tiene más de 1.000 y reúne reliquias históricas y auténticas obras de arte. Algunos han pertenecido a papas, dictadores y reyes.