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El ministro británico de Economía, Rishi Sunak, dijo este lunes que el Gobierno no puede "agitar una varita mágica" para resolver la escasez de suministro que afecta al Reino Unido, aunque "hará todo lo posible para mitigar" los efectos.

En declaraciones a la BBC antes de pronunciar su primer discurso ante el congreso del gobernante Partido Conservador, que se celebra hasta el miércoles en Manchester (norte inglés), Sunak adujo que no puede hacer nada "sobre la decisión de un país en Asia de cerrar un puerto por el brote de coronavirus".

"Estamos viendo una alteración del suministro, no solo aquí sino en otros muchos sitios, y hay cosas que podemos intentar mitigar, y lo hacemos", afirmó. "Pero no podemos agitar una varita mágica y hacer que desaparezcan los problemas en la cadena de suministros global", mantuvo.

El ministro no descartó que la escasez de oferta y mano de obra que afecta a varios sectores -desde transportistas a trabajadores agrícolas y ganaderos y de la hostelería- tenga un impacto en la oferta de productos durante el periodo navideño.

El primer ministro, Boris Johnson, que se dirigirá el miércoles a los delegados "tories", avisó ayer de que su Gobierno no resolverá esta crisis laboral recurriendo a "una inmigración descontrolada", aunque ha accedido a conceder 5.000 visados temporales para transportistas (frente a un déficit de 100.000) y 5.500 a temporeros del sector avícola.

Decenas de granjeros se manifiestan hoy a las puertas del congreso conservador reclamando visados especiales también para la industria de procesamiento de carne, pues denuncian que tienen que sacrificar cerdos sanos ante la imposibilidad de llevarlos al matadero por falta de trabajadores.

El sector hostelero también demanda que se permita entrar a profesionales de la Unión Europea (UE), tras el éxodo que se produjo por el Brexit y la pandemia, pero el Gobierno insta a los sectores afectados a que suban los sueldos a fin de atraer a desempleados británicos.

Mientras tanto, unos 200 militares del Ejército nacional, la mitad de ellos conductores, han empezado este lunes a transportar combustible a las gasolineras del Reino Unido, a fin de paliar esa falta de transportistas, que ha provocado desabastecimiento y largas filas para repostar.

Los soldados, que estaban en alerta desde la semana pasada, se concentrarán primero en las áreas más afectadas de Londres y el sur de Inglaterra, en la llamada Operación Escalin, que se diseñó en un principio para afrontar una posible escasez tras la salida del país de la UE el 31 de enero de 2020.