La cifra de muertos por los tres enormes incendios forestales declarados en California ha ascendido este domingo a 31 y 100 desparecidos, mientras cerca de 300.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares por las llamas que han llevado a la declaración de emergencia en Malibú, Ventura y Los Angeles.
Poco antes el sheriff del condado de Butte, Kory L. Honea, había informado del hallazgo de los restos de otras 14 víctimas en la ciudad de Paradise, que se sumaban a los nueve fallecidos registrados en un primer momento.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llamado a la población a evacuar "rápidamente", ya que si no lo hacen pueden "correr el riesgo de ser alcanzados por el fuego".
Por su parte, el jefe de Bomberos del condado de Ventura, Mark Lorenzen, ha pedido a los habitantes que "no se dejen llevar por una falsa sensación de seguridad".
Los vientos de Santa Ana, que llegan a alcanzar los 80 kilómetros por hora, han dado alas al fuego de Woolsey hasta llegar a Malibú, hogar de miles de residentes a lo largo de la autopista de la Costa del Pacífico que han tenido que refugiarse en las playas junto a sus animales de compañía, siendo una zona de acaudalados residentes con numerosos ranchos en sus propiedades.
"El incendio está ahora mismo fuera de control y se está dirigiendo a zonas pobladas. Todos los residentes deben evacuar inmediatamente", según ha informado el ayuntamiento de la ciudad en un comunicado mientras las llamas, que comenzaron el jueves, atravesaban las colinas de Santa Mónica, cortando la superautopista 101, una de las principales arterias entre el norte y el sur del estado.