Un policía de 1-O afirma que le daban patadas mientras decían "Somos gente de paz"
El Tribunal Supremo deniega el permiso a Turull, Rull y Sánchez
El Tribunal Supremo ha denegado el permiso a tres de los acusados en el 'procés' que habían solicitado salir de prisión para ir a los mitines electorales o dar ruedas de prensa en los descansos del juicio. Son los exconsellers Jordi Turull y Josep Rull y el exlíder de ANC Jordi Sánchez. Los tres, candidatos estas elecciones. Este miércoles, 12 policías han relatado en el juicio que había mucha gente mayor y niños colocados en las entradas de los colegios para impedirles que intervinieran las urnas el 1 de octubre.
Un subinspector de Policía que intervinó el 1-O en Lleida ha destacado que la resistencia que se encontraron estaba "claramente" organizada con ciudadanos que avisaban de su llegada, momento en el que todos se tiraban al suelo y algunos gritaban "Somos gente de paz" mientras daban patadas a los agentes.
Es uno de los testimonios que ha escuchado el tribunal del 'procés' en una jornada en la que muchos agentes han coincidido en afirmar -como ya hiciesen otros- que en algunos colegios solían encontrarse a menores "preadolescentes" y a personas mayores en primera línea de resistencia.
Ya una vez dentro, cuando intentaban sacar uno a uno a los congregados, algunos "soltaban una patadita que no se viera o un puñetazo y cuando el compañero intentaba responder a esta agresión, enseguida levantaban los brazos: 'Gent de Pau, Gent de Pau". Fue algo que ocurrió en la Escuela Oficial de Idiomas de Lleida y que, según ha precisado el subinspector, no se podía explicar: "Yo decía: ¿cómo es posible?".
"Lo hacían muy bien porque te levantaban los brazos al mismo tiempo que te hostigaban y se echaban hacia ti", ha relatado el testigo, que ha coincidido con todos los agentes que han declarado esta mañana en decir que el repliegue fue "lo más complicado" y lo "más peligroso" porque tenían a los congregados "encima". En ese momento, según el agente, "era todo acoso y hostigamiento" y fue ahí donde la mayoría de los policías resultaron heridos.
"No fue nada sencillo" entrar en los colegios a requisar el material electoral, pero nada que ver con la "atmósfera violenta" de las salidas, cuando el número de concentrados doblaba o triplicaba al de la llegada y el "acoso" era mucho mayor.El subinspector también ha relatado un episodio que vivió de camino al hospital, cuando se percató de que una persona que había visto ya en varios colegios le estaba siguiendo. "Disculpe, ya me voy, es que quiero saber si van a hacer algo contra ese colegio", le dijo esta persona, que fue "muy amable" y le indicó dónde estaban las urgencias. Él, ha dicho, le preguntó si era un mosso. "Se quedó así, callado (...) Fue un error no identificarle", ha señalado, y ha añadido que nunca le quedó "claro" si pertenecía a la Policía catalana.
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