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Sin que haya una normativa clara al respecto en el plan de desescalada, la mayoría de campamentos de verano que intentan sobreponerse a esta pandemia del covid-19 han optado por crear sus propios protocolos. Menos niños, lugares amplios y un escrupuloso sistema de higiene, entre los puntos más destacados.

A falta de normativa, protocolo particular

El campamento de Bustarviejo suele acoger cada año a unos 160 niños por semana, desde finales de junio hasta septiembre. Sin embargo, este año, a la espera de una normativa clara, se han lanzado a crear su propio protocolo covid-19. Esto incluye las siguientes medidas:

  1. La mitad de niños. De 160 a 80. 
  2. La mayoría de actividades serán al aire libre.
  3. Más turnos de comida para poder espaciar a los niños en el comedor.
  4. Optar por zonas abiertas y aireadas.
  5. Protocolo de higiene: lavado de manos constante y uso de mascarillas en lugares cerrados.
    Cada año más de cuatro millones de niños y jóvenes optan por un campamento de verano

    Los organizadores de campamentos al aire libre aseguran que es la mejor opción para garantizar la seguridad de los niños: "un espacio demás de 25.000 metros cuadrados es propicio para mantener a los niños seguros mientras se divierten".

    Cada año más de cuatro millones de niños y jóvenes optan por un campamento durante el verano. Actividades que también se ponen un incentivo laboral, ya que para ellos se contratan a más de 200.000 monitores.