No solo la reforma laboral. Quedan tan solo dos meses para que concluya el año, y este periodo de tiempo se presenta intenso y lleno de presiones para el Gobierno.
Por delante tiene el reto de cumplir sus compromisos con Europa, con sus socios de investidura, y con los presidentes autonómicos. Financiación, ley de seguridad ciudadana, reforma de pensiones o los presupuestos están sobre la mesa y con una fecha límite: el 31 de diciembre.
Para que el Gobierno vuelva a vivir este momento, el de la aprobación de sus presupuestos no basta con que este semana supere las enmiendas a la totalidad. Queda negociar de aquí a diciembre cada enmienda.
Pero además, Pedro Sánchez deberá enfrentarse a sus socios de Gobierno y de investidura para abordar asuntos como la ley de seguridad ciudadana. Y asunto de calado: nueva reforma de las pensiones. En 15 hay que abordar el factor de equidad intergeneracional, las pensiones de los babyboomers.
Otra patata caliente: la financiación autonómica a debatir ya en noviembre. Sánchez frente a todos los presidentes autonómicos, también los socialistas. .
Por enfrentarse, El presidente del Gobierno deberá hacerlo a sus propios retos: logar a finales del año un recibo de la luz similar al de 2018. Y todo esto en 60 días.