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Los magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid han advertido este viernes al médico jubilado acusado del segundo caso de bebés robados que llega a juicio en España de que se procederá a su detención si no se presenta el próximo 12 de noviembre después de que se haya suspendido la vista ante su ausencia.

La Sección Segunda tenía previsto juzgar al acusado, de 74 años, por la presunta desaparición de un niño en 1975 cuando su madre dio a luz en la Clínica Santa Cristina, donde trabajaba la Monja María Gómez Valbuena, conocida como Sor María, ya fallecida.

Denuncia de la madre

Adelina Ibáñez, la madre del niño que nunca apareció y del que se le informó de que estaba muerto, solo repetía esta mañana: “¡Qué contenta estoy!”. Sin embargo, el ginecólogo ya retirado no se ha presentado a la vista.

El abogado defensor sostiene que su cliente sufre una enfermedad que le impide asistir a la vista. Los informes médicos han sido examinados en la Sala por un forense, quien ha indicado que el hecho de que sufra una insuficiencia respiratoria crónica no es "inconveniente" para acudir a la vista.

Sospechas sobre la enfermedad del médico

Nada más arrancar el juicio, el presidente de la Sala ha recriminado al abogado indicándole con tono serio que en reiteradas ocasiones se le ha denegado la petición de suspensión del juicio a la vista de la "escasa" documentación aportada para justificar que su cliente esté gravemente enfermo.

La mayoría de los informes médicos son "inteligibles", según ha expuesto el especialista forense ante el tribunal. Tras ello, la Sección se ha visto "obligada" a aplazar el juicio hasta el próximo 12 de noviembre y ha citado al acusado a las 9.30 horas para que sea examinado por un forense de esta sede judicial con el fin de certificar su enfermedad.

Piden ocho años de cárcel

La acusación particular, en nombre de la afectada, solicita en su escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, una petición de ocho años de cárcel por un delito de falsedad documental; otro por detención ilegal; y otro por suposición de parto.

A su llegada, el abogado Guillermo Peña ya confesaba que no tenía muchas expectativas de que se celebrara la vista ante la avanzada edad del procesado y después de que hace unos meses la Justicia absolviera al doctor Eduardo Vela por prescripción de los delitos de los que se le acusó por el primer caso del entramado de bebés robados que llegó a juzgarse.

En este caso, el abogado de la afectada y de la asociación de Bebés Robados en Madrid ha explicado que se inscribió en la partida de nacimiento del hijo de la afectada a un "niño fantasma" que lleva 44 años perdido.

Los hechos denunciados

Se trata de un caso de octubre de 1975 ocurrido en esta clínica ya desaparecida. La denunciante, Adelina Ibáñez Mezcua, llevó el asunto a los tribunales en 2013 tras denunciar la desaparición de su hijo nada más nacer. Acusó a la Monja Sor María, fallecida en 2013, de sustraer presuntamente a su pequeño por haber nacido del "pecado".

El primer juicio sentó frente a la Justicia al doctor Eduardo Vela, quien fue absuelto de los delitos de detención ilegal, suposición al parto y falsedad por prescripción. Su denunciante reconoció meses más tarde que su madre biológica la había dado en adopción.

El caso de Adelina recayó en el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid, cuyo titular imputó y procesó al ginecólogo que atendió a la víctima. Ahora, el juicio llegará a la Audiencia de Madrid. La Fiscalía pide la absolución del acusado, han confirmado a Europa Press fuentes fiscales.

El abogado de la asociación de Bebés Robados ha explicado a Europa Press que se quiso acusar al entonces director de la Clínica al aparecer su nombre en la partida de nacimiento, un hallazgo que llegó tarde a la investigación dado que ya estaba agotada.

En su escrito, el fiscal sostiene que no ha quedado acreditado que J.B.D. fuera el facultativo técnico responsable de atender al recién nacido. Por ello, pide su libre absolución.

La imputación de J.B.D. se produjo al ser presuntamente la persona que se llevó al bebé de la denunciante tras finalizar el parto de la mujer, a quien se sedó con una mascarilla.

Poco antes de que la monja Sor María le comentara que su bebé había muerto, la madre y denunciante observó como una pareja se llevaba al que identificó como su hijo. Tras ello, denunció al hospital, un asunto que no se llegó a tramitar.

Durante su declaración, el ginecólogo manifestó que segundos después de nacer el bebé él se fue de la sala, aportando fotografías que demostrarían que no se trataba de la persona identificada. Por ello, es previsible que se le levante la imputación.

En la causa judicial obra un certificado del hospital que señala que el bebé nunca estuvo ingresado ni en la UVI, ni en Neonatos ni en el nido.