Nada escapa a la pandemia. Y el Teatro Pavón Kamikaze no es el único que ha sufrido esta agonía, pese a vender seguridad en sus salas. Tiempos oscuros para la cultura, los teatros de Madrid agonizan.
El toque de queda deja calles vacías, neones de teatros apagados, taquillas cerradas y butacas vacías.
En Madrid permaneces cerrados los grandes musicales.
El resto de salas se ha visto obligados a colgar carteles de aplazado o cancelado. Se han adaptado a los protocolos de seguridad del Covid con aforos reducidos y cambios de horarios.
Han demostrado que son seguros y han tenido respuesta del público, pero las reducciones de aforo han hecho que su taquilla caiga en más de un 60%.
El toque de queda a las 10 ha provocado adelantos de sus sesiones. El Gobierno regional les echa una mano permitiendo que las actividades culturales terminen más tarde de las 9.
El teatro es un pilar fundamental de la cultura madrileña que aguanta el envite a duras penas.
"Estamos trabajando para recuperar al público y que vuelva a acudir a los teatros", asegura Jesús Cimarro.
Desde la Plaza de Santa Ana, frente al Teatro Español, Lorca nos recuerda aquello que escribió: un pueblo que no fomenta su teatro si no está muerto, está moribundo.