En Estados Unidos resiste la última tienda de Blockbuster dedicada al alquiler de películas. El cierre de la todopoderosa empresa se debe a razones económicas y al perjuicio derivado de la piratería informática y las plataformas digitales de televisión.
Un fenómeno que también ha impactado en nuestro país. En tan sólo 14 años, los videoclubs en España han pasado de 7.000 establecimientos a los 400 que apenas quedan en la actualidad.
En Madrid, además, se cuentan con los dedos de la mano.
Internet y cambios en el sector han provocado una profunda crisis, que ha abocado al cierre a la mayoría de los existentes en España a comienzos de siglo. Un negocio próspero, a las puertas de su desaparición, no solo por la caída de clientes, sino también por la falta de producto.