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Poder dar conciertos y que te paguen por ello es uno de los grandes retos de los músicos clásicos españoles. Por eso la Fundación Piú Mosso se ha dado a la tarea de apoyar el talento emergente, y en los últimos 5 años, ha programado a casi 1.000 jóvenes de todas las especialidades. Hoy hemos asistido a un ensayo, para ver cómo dos de ellos se preparan para su próximo recital.

En la sede de la Fundación Piú Mosso, Pablo y Mario preparan el repertorio que tocarán mañana en La Real Academia de las Artes de San Fernando. A sus 25 años, han terminado el nivel Superior de música y su sueño es poder vivir por y para ella.

"La música para mí es la máxima expresión de uno mismo", asegura Pablo que reconoce que "requiere muchísimas horas este trabajo, sobre todo si quieres estar al nivel, y poder dar conciertos".

Ana lo sabe muy bien, madrileña y madre de hijos músicos, apoya a jóvenes como ellos con el proyecto que más trabajo remunerado consigue para intérpretes, directores y compositores en España. "Me dí cuenta de que la mayor parte de los grandes auditorios en este país, todavía no recogen el talento de los músicos actuales españoles, y eso es lo que me llevó básicamente a crear esta Fundación".

Con cinco ciclos programados, que incluyen también música de jazz y de órgano, han permitido a cientos de artistas tocar en escenarios como el del Auditorio Nacional, el Palacio de Cibeles o el Palau de la Música de Valencia, entre otras salas.

En octubre, se inicia un nuevo ciclo sinfónico, que les dará la posibilidad de tocar con orquesta.