Conte responde ante la Fiscalía por la pandemia
"Volvería a hacer lo que hice porque actué basado en la ciencia y la conciencia" aseguraba hoy Conte al diario ‘La Repubblica’
La fiscal de Bérgamo, Maria Cristina Rota, interrogó durante más de tres horas a Conte y después testificaron la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, y el de Sanidad, Roberto Speranza
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, testificó hoy ante la Fiscalía para explicar sus decisiones al inicio de la pandemia y aclarar por qué no se aisló inmediatamente la zona de Bergamo, de las más azotadas por el coronavirus. La fiscal, Maria Cristina Rota, interrogó durante más de tres horas a Conte en calidad de "persona informada" de los hechos en el palacio Chigi de Roma, sede del Gobierno, sin atribuirle por el momento delitos.
Después testificaron la ministra del Interior, Luciana Lamorgese, y el de Sanidad, Roberto Speranza, dos de los máximos conocedores de aquellos momentos en los que Italia se asomaba ya a la mayor crisis sanitaria de su historia reciente.
La Fiscalía trata de dilucidar las razones por las que la región de Lombardía (norte) se convirtió en la más afectada por la pandemia de todo el país, especialmente su provincia de Bérgamo, y si detrás de esta tragedia hubo algún tipo de responsabilidad política.
A finales de mayo también fueron interrogados el gobernador de la región, Attilio Fontana, y su consejero de Sanidad, Giulio Gallera.
Por medio de un portavoz, Conte se limitó a comunicar que ha aclarado "todos los pasos hasta en los mínimos detalles".
Este viernes volvió a defender su postura en una larga entrevista al diario ‘La Repubblica’ en la que, sin embargo, habló someramente sobre esta cuestión concreta. "Volvería a hacer lo que hice porque actué basado en la ciencia y la conciencia", zanjó Conte, abogado de formación, al ser preguntado sobre si ahora tomaría las mismas decisiones de entonces.
A su salida del palacio, la fiscal aseguró que el encuentro transcurrió en "un clima de máxima distensión y colaboración institucional" que servirá para completar la investigación.
¿Por qué no se aisló Bérgamo?
La pregunta de fondo que los fiscales tratan de aclarar es por qué no se aislaron varias zonas de la provincia de Bérgamo desde un primer momento a pesar de que había datos que certificaban que el virus ya recorría las calles y hospitales de sus municipios.
Lombardía, cuya capital es Milán, es la región más afectada de Italia: acumula 91.000 de los 236.000 contagios registrados en todo el país y las muertes ya superan las 16.000 (de las 34.000 totales).
En la provincia de Bérgamo los muertos oficiales rondan los 2.800 aunque su ayuntamiento estima que en realidad son unos 6.000, ya que a muchas personas no se les practicó la prueba antes de morir.
Todo empezó el 21 de febrero, cuando se confirmó el primer caso de contagio en el cercano municipio lombardo de Codogno. Un día después el Gobierno aisló 11 focos, 10 pueblos de Lombardía, de la provincia de Lodi, y otro en el Véneto (nordeste). Sin embargo en esa lista de pueblos cerrados no figuraban dos en los que los casos ya comenzaban a acumularse: Nembro y Alzano, zonas de alta concentración industrial en la provincia de Bérgamo.
El aislamiento de estos dos municipios no llegaría hasta el 8 de marzo, dos semanas después, cuando el Gobierno decretó el cierre de toda la región y otros territorios aledaños, un día antes de confinar todo territorio nacional para contener los contagios.
Los familiares de las víctimas de Nembro y Alzano han denunciado ante la Fiscalía que durante esas dos semanas el virus circuló por la zona libremente, por lo que la situación devino en crítica. En un mes Nembro enterró a 145 vecinos y Alzano a 122, muchos de ellos fallecidos en las residencias de ancianos, más de los muertos que registran de media anualmente.
Pieza clave de la investigación es el hospital de Alzano, donde el 23 de febrero ya se registraron las dos primeras muertes de coronavirus. Ante esta situación el director del centro ordenó su cierre, pero el Gobierno regional lo reabrió pocas horas después.
Una de las grandes sospechas es si los responsables políticos recibieron presiones por los empresarios para no aislar y detener la producción en esos dos municipios, muy industrializados y enclavados en el mismo corazón económico del país.
Nadie olvida la campaña lanzada el 28 de febrero por la patronal de los industriales Confindustria para tranquilizar a sus socios internacionales, titulada "Bergamo is running" (Bergamo sigue funcionando), en la que participó hasta el alcalde, Giorgio Gori. El regidor ha expresado su arrepentimiento por aquella iniciativa, similar a la de "Milano non si ferma" (Milán no se detiene), pero ha asegurado que entonces nada permitía predecir lo que se avecinaba y ha descartado eventuales presiones.
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