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El presidente interino del Tribunal Supremo (TS), Francisco Marín Castán, ha recordado este jueves que las democracias también mueren al debilitar las instituciones, por lo que ha pedido a los actores políticos "un verdadero compromiso" para garantizar "el buen funcionamiento y la independencia del Poder Judicial", algo que ha defendido que pasa por situar a la Justicia por encima de "los intereses partidarios".

En su discurso de apertura del año judicial ha citadla obra 'Cómo mueren las democracias', de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, para señalar que "en nuestros días, la democracia ya no muere necesariamente por un acto violento o dramático, esto es, con un golpe militar o una revolución, sino con un lamento prolongado: el lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el Poder Judicial y la prensa, y la erosión global de las normas políticas tradicionales".

Por eso, Marín Castán ha defendido que "el buen funcionamiento de la Justicia debe ser un asunto de Estado", indicando que "cuando ese buen funcionamiento está en entredicho todos los actores políticos deben ser conscientes de que las altas responsabilidad que el pueblo soberano les ha confiado están por encima de los intereses partidarios".

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"El Tribunal Supremo necesita, cuanto antes, volver a la normalidad, y no puede hacerlo sin una acción política decidida para ello. Es la hora de los grandes políticos y de los grandes demócratas. Sería una enorme decepción sentir su falta", ha enfatizado. Marín Castán se ha dirigido directamente a las fuerzas políticas para instarles a llegar a un acuerdo que permita renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Así, emuló al que fuera su predecesor, el expresidente del TS y del órgano de gobierno de los jueces Carlos Lesmes, quien en los últimos cuatro año reclamó la actuación de los partidos, elevando el tono hasta que finalmente dimitió.

LA RENOVACION, CLAVE PARA LA INDEPENDENCIA JUDICIAL

En el marco de su intervención, Marín Castán ha asegurado que Lesmes dimitió de la presidencia del Consejo General del Poder Judicial y del Supremo en octubre del año pasado por la "falta de impulso o de voluntad de los actores políticos de impedir el gravísimo daño provocado" al Poder Judicial. A su juicio, su salida "sin duda pasará a la historia como uno de los episodios más tristes de nuestra historia constitucional".

En el marco de su discurso, ha aprovechado para hacer mención a "los ataques a la independencia judicial" que, según ha destacado, "pueden tener diversos orígenes y mostrar múltiples variantes", exponiendo que "en ocasiones son comportamientos activos, de intromisión directa o indirecta en la toma de decisiones judiciales para influir en ellas, procedentes incluso de los propios dirigentes políticos", pero que también "pueden surgir de comportamientos omisivos, mucho más sutiles y por ello más peligrosos para el funcionamiento del sistema democrático".

"Así, si el Consejo General del Poder Judicial tiene como misión fundamental velar por la independencia de los jueces, no proceder a su renovación en tiempo y forma no deja de ser una manera de cercenar la plenitud de esa independencia, del mismo modo que lo es mantener al más alto tribunal de la nación en una situación crítica, casi de respiración asistida", ha alertado.

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En este punto, se ha referido al estado del Supremo para calificarlo de "desolador" por la crisis de vacantes ante la imposibilidad de que el CGPJ realice nombramientos discrecionales. Y ha incidido en que el tribunal suma ya 23 vacantes en todas sus salas: 2 en la de lo Civil, 1 en la de lo Penal, 11 en la de lo Contencioso-Administrativo, 6 en la de lo Social y 3 en la de lo Militar --con la jubilación efectiva este jueves del magistrado Fernando Pignatelli --.

BATERIA DE RECOMENDACIONES

Así las cosas, y "dada la gravedad de la situación", ha aprovechado su primera intervención en una apertura de año judicial para presentar una serie de recomendaciones para mejorar la situación y ello pese a que ha reconocido que "no es al presidente del Tribunal Supremo a quien le corresponde formular propuestas de estrategia política".

Entre ellas ha incidido en que los nombramientos de altos cargos judiciales deberían llevarse a cabo con el máximo respeto a los principios de mérito y capacidad, "evitando cuotas o equilibrios derivados de afinidades ideológicas o similares".

Marín Castán ha culminado su intervención sin hacer referencia expresa a la amnistía, un asunto que ha marcado la agenda nacional en las últimas semanas por el debate suscitado después de que Junts exigiera una ley para amnistiar el 'próces' como requisito para propiciar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.