Vídeo: Redacción EFE | Foto:Telemadrid
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A solo dos días de la manifestación contra Pedro Sánchez, las negociaciones sobre Cataluña han encallado. Gobierno y Generalitat se culpan respectivamente de la ruptura.

El Gobierno de la Nación por boca de su vicepresidenta, Carmen Calvo dice que los independentistas se cierran en banda que solo quieren un referéndum de autodeterminación y que se han negado a hablar de su última propuesta.

La Generalitat responde que les había dado un ultimátum esta misma mañana a cambio de retirar las enmiendas de totalidad a los Presupuestos Generales del Estado y acusan a Pedro Sánchez de ceder ante la presión de la "ultraderecha española".

Las conversaciones para buscar una solución en Cataluña han encallado y han dejado en vilo la legislatura, porque ni el Gobierno ni el independentismo ven una salida a su desencuentro y es más que probable el rechazo a los Presupuestos Generales del Estado.

El Ejecutivo ha culpado a los independentistas de este parón por rechazar el marco que les planteó para hablar, incluida la mesa de partidos con la polémica figura del relator.

La Generalitat, por el contrario, dice que ha sido el Gobierno, con su "falta de coraje" ante la presión de la derecha, el que ha "roto" este diálogo.

Así las cosas, quedan cinco días para que el Congreso vote las enmiendas a la totalidad del proyecto de ley de los presupuestos, y las posiciones están más alejadas que nunca, por lo que le será muy difícil al Gobierno y al PSOE encontrar apoyos para que las cuentas puedan seguir tramitándose.

El domingo además, se celebrará la concentración promovida por PP y Ciudadanos, a la que se ha sumado Vox, contra la política del Gobierno con Cataluña y para reclamar a Pedro Sánchez elecciones generales.

El Gobierno trata de ganar tiempo

El Gobierno trata de ganar tiempo, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, ha asegurado este mediodía que harán todo lo que puedan para lograr que los partidos apoyen los presupuestos. Pero ha admitido también que si no lo consiguen, la legislatura "se acorta" como en su día asumió el propio presidente, el único facultado constitucionalmente para convocar los comicios.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Calvo ha explicado que las fuerzas independentistas han rechazado las propuestas del Ejecutivo y siguen exigiendo un referéndum de autodeterminación contrario al marco constitucional, por lo que el diálogo ha "encallado". Ha insistido en que el marco planteado es "el único" posible, dentro de la legalidad y la Constitución, y ha insistido en que "nunca" se aceptará un referéndum de autodeterminación.

La propuesta incluía una mesa de partidos con representación en Cataluña y sus formaciones estatales "vinculadas" -de forma que podrían entrar Podemos y el PSOE, ya que en la mesa catalana están En Comú Podem y el PSC-, y era en esa mesa en la que habría estado el polémico relator para "coordinar" los trabajos y "crear las condiciones para hablar". Una figura que fue la que provocó la dura reacción de PP y Ciudadanos esta semana pero sobre la que hoy ni siquiera se ha hablado.

La respuesta de la Generalitat al Gobierno no ha tardado, y el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, y la consellera de la Presidencia, Elsa Artadi, han lamentado que el Gobierno socialista "haya decidido abandonar el diálogo" con la Generalitat y "ceder ante quienes están en contra de la democracia".

La consellera ha recordado que desde su llegada a la Moncloa Sánchez apostó por una "respuesta política al problema político" en Cataluña, pero a la hora de concretar los mecanismos de ese diálogo "está fallando y le está faltando coraje" para pasar "de la retórica a la realidad".

Aragonés ha ahondado en la idea al señalar que Sánchez "no ha sido suficientemente valiente para resistir las presiones del nacionalismo español de derecha y de extrema derecha", tras convocarse la manifestación de Madrid de este domingo. Y del mismo modo que Calvo ha subrayado primero que el Gobierno seguía abierto a hablar, Aragonés ha prometido que el Govern "seguirá sentado" a la mesa esperando que los socialistas vuelvan para buscar una "solución dialogada, negociada y democrática" para Cataluña, aunque ha dejado claro que no aceptarán que se les pida "renunciar" a sus "convicciones".

La situación, en definitiva, ha quedado encallada cuando se agota el tiempo para que el Gobierno consiga los apoyos para aprobar los presupuestos. En este momento solo tiene el de Podemos.