"No se apartaron porque no quisieron", son las frías palabras de uno de los investigados por el atropello masivo de Torrejón de Ardoz el pasado noviembre. Los sobrinos de Micael, el conductor y principal acusado dicen que huyeron porque estaban recibiendo una paliza. Su declaración, para las acusaciones, está llena de falsedades.
La boda de Torrejón acabó de forma sangrienta. Cuatro fallecidos y cuatro heridos. Ocurrió el pasado noviembre. Ahora vemos imágenes inéditas de esa noche fatídica, minutos antes del atropello masivo.
Micael, el conductor, corre con sus sobrinos, también acusados, hacia el coche. En su declaración los dos jóvenes dicen que tenían miedo, que huyeron porque estaban dando una paliza a su tío y se subieron al vehículo.
Un testimonio contradictorio con la escena del crimen. Aseguran que iban pitando, a 30 kilómetros por hora. Algo incompatible para los investigadores con la violencia del atropello y el estado en el quequedo el vehículo afectado.
Intentaban esconderse en Seseña y deshacerse del coche cuando les atrapó la Guardia Civil.
Los investigadores creen que el plan de Micael era fugarse a Portugal.