Así quedó el pantalón de María Luisa tras sentarse en un autobús de la línea 326 que une Ambite de Tajuña con Madrid. No fue lo peor.
En el asiento había un líquido abrasivo que le causó quemaduras de tercer grado. Unas quemaduras que se necrosaron y para las que ahora necesita un injerto de piel.
María Luisa lleva ya un mes recuperándose de las quemaduras de tercer grado que sufrió en las nalgas tras sentarse en un asiento del autobús. La compañía no se hace responsable y la investigación sobre lo ocurrido no ha llegado a ninguna conclusión.
María Luisa nos enseña cómo quedaron sus pantalones tras sentarse encima de un líquido viscoso. “Me levante enseguida porque me empezó a picar y le pregunte a la señora de al lado que es esto y ella me empezó a limpiar”.
María Luisa presentó una denuncia ante la Guardia Civil contra la compañía ALSA, tras ser atendida en el hospital, donde certificaron que se trataban de quemaduras de tercer grado con tejido necrosado.
María Luis insiste en que no quiere dinero, sino justicia. “No quiero dinero por responsabilidad, sino que reclamo el seguro de viajero para que ellos se hagan cargo de mis curas”. La compañía asegura que se ha revisado el vehículo en los talleres. La investigación sobre lo ocurrido no ha llegado a ninguna conclusión.
En diciembre de 2017 se produjo un caso similar cuando dos jóvenes se abrasaron el culo al sentarse en un autobús de la línea de autobús Madrid-Algete. El caso se resolvió con las cámaras del vehículo donde se veía como a una mujer se le vertía accidentalmente un líquido. Se trataba de un desatascador industrial, altamente corrosivo y peligroso.