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Los consejos de administración de CaixaBank y Bankia han dado luz verde esta noche a la fusión entre ambas entidades para crear el primer banco de España, que sumará unos activos de 664.027 millones de euros, mantendrá su sede en Valencia y estará comandado por el tándem formado por Gonzalo Gortázar y José Ignacio Goirigolzarri.

Tal como estaba previsto, los consejos, reunidos esta tarde desde las 17.00 horas, y que han durado casi cuatro horas, han avalado iniciar el proceso de fusión entre ambas entidades, han explicado a Efe fuentes financieras, que han añadido que este viernes los directivos de ambas entidades darán cuenta de los detalles del acuerdo en una rueda de prensa en Valencia.

La fusión, cuya ecuación de canje aún no se ha dado a conocer, deberá recibir ahora la autorización de los reguladores y también ser aprobada por las respectivas Juntas Generales de Accionistas de los dos bancos.

El gigante surgido de la fusión será el décimo banco en Europa y tendrá unos activos totales de 664.027 millones de euros, al sumar los 445.572 millones de CaixaBank y los 218.455 millones de Bankia, según las cuentas del primer semestre del año de ambas entidades.

Las múltiples implicaciones de la fusión de Caixabank y Bankia

En cuanto a empleados, la unión de CaixaBank y Bankia sumará 51.536 empleados, de los que CaixaBank aporta 35.589 empleados y Bankia un total de 15.947.

Respecto a la red de oficinas, alcanzará las 6.727 oficinas, 4.460 procedentes de la red de CaixaBank y 2.267 oficinas aportadas por Bankia.

No obstante, se da por supuesto que la fusión comportará tanto salidas de personal como cierres de oficinas, si bien no ha trascendido aún el tamaño del ajuste.

Los trabajadores de Bankia y Caixabank temen que la fusión provoque más de 8.000 despidos y el cierre de sucursales

El nuevo consejo de administración está previsto que tenga 15 miembros, de los cuales se prevé que diez sean independientes, dos ejecutivos (Goirigolzarri y Gortázar) y otros tres dominicales, es decir, en representación de sus principales accionistas. Criteria, en nombre de la Fundación Bancaria La Caixa, elegirá a dos, y el FROB, en representación del Estado, tendrá otro consejero.

Aunque el domicilio social del nuevo banco estará en Valencia -sede de CaixaBank desde finales del 2017-, las principales sedes operativas, como los servicios centrales, se repartirán entre Barcelona y Madrid.

La marca CaixaBank será la única que se conservará, como ha sucedido con las últimas compras llevadas a cabo por la entidad catalana.

Con la fusión entre ambos bancos se hace también realidad una vieja aspiración de Isidre Fainé, actual presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, como es la unión de lo que fueron las dos grandes cajas de ahorro españolas: La Caixa, en Cataluña, y la madrileña Caja Madrid, que acabó integrándose en Bankia.

Otra particularidad del nuevo banco que debe surgir como fruto de esta fusión es que el Estado será el segundo accionista, y la incógnita es cuánto tiempo permanecerá el Estado en el accionariado, una presencia que suscita recelos en el gobierno catalán, y también qué parte del dinero público del rescate de Bankia se acabará recuperando cuando el Estado abandone el accionariado.