Vídeo: REDACIÓN / EFE | Foto:Telemadrid
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La falta de actividad volcánica desde el lunes por la noche, verificada tanto en las pautas observables como en las mediciones en los sistemas de vigilancia, corrobora el agotamiento del volcán de La Palma, pero los científicos han establecido un plazo de diez días sin incidencias para dar por finalizada la erupción.

A la ausencia de señales eruptivas de los dos últimos días en cuanto a emisión de lava, sismicidad, tremor y deformación del terreno, se ha sumado el indicador que faltaba para corroborar la buena evolución de la crisis volcánica: las emisiones de dióxido de azufre en el penacho, que desde el martes a partir de las 14.00 horas han registrado por primera valores extremadamente bajos.

El hecho de que finalice la erupción no quiere decir que haya terminado la emergencia. El acceso a las zonas cercanas a las coladas y el regreso de los evacuados a sus casas requiere un "periodo de seguridad", ha puntualizado el Pevolca. Los vecinos podrán regresar a sus viviendas "en un futuro más o menos cercano, pero no va a ser en breve", ha indicado su portavoz.

El Pevolca ha indicado además que la temperatura superficial ha bajado, pero se mantiene por encima de 400 grados, lo que significa que aún transcurrirá tiempo hasta que se enfríe el terreno.

PRECAUCIÓN CON LOS GASES

El portavoz ha hecho un insistente llamamiento a las personas que accedan a las zonas evacuadas por razones de limpieza de las casas u otros motivos para que tengan especial cuidado con la presencia de gases, sobre todo monóxido y dióxido de carbono en lugares como garajes subterráneos, cuevas, sótanos o bodegas.

Es importante no entrar en zonas subterráneas sin estar acompañados de personal del Pevolca con medidores de gases, así como abrir ventanas y ventilar las edificaciones en superficie antes de acceder a ellas, sobre todo en la zona sur de la emergencia volcánica, ha insistido el portavoz.

El Pevolca ha facilitado las últimas mediciones sobre la superficie afectada por la crisis volcánica y ha confiado en que sean los datos definitivos: las coladas ocupan 1.198 hectáreas, que suben a 1.221 si se incluye el cono volcánico; los dos deltas lávicos suman 48,02 hectáreas, de ellas 5,05 correspondientes al delta más al norte; y la anchura máxima cubierta por coladas es de 3.350 metros.