Abucheos a Sánchez en la Fashion Week
Cambio en el desfile del 12 de octubre
Con gritos de "fuera, fuera" recibían ayer al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la Semana de la Moda de Madrid. Pedro Sánchez y su esposa acudían para presenciar el desfile de Hanibal Laguna, donde ha contemplado la nueva colección en primera fila, después de intervenir en el foro Resilient EU2030 organizado por la patronal CEOE.
Sánchez, como en su visita anterior, ha escuchado gritos de "¡Fuera!" y algunos abucheos por parte de algunos asistentes al comienzo y final del desfile.
El presidente, que ha evitado tanto a la entrada como a la salida hacer declaraciones, ha recorrido a su llegada el Cibelespacio, la zona previa a la pasarela, donde se encuentran estands de distintas firmas y el "showroom" de jóvenes creadores y después se ha dirigido al espacio donde modelos y diseñadores ultiman los detalles antes del desfile.
Cambios en el desfile del 12 de octubre
Por otra parte, según publica hoy el diario ABC, Defensa cambiará de ubicación el desfile del 12 de octubre situando la tribuna presidencial en la plaza de Neptuno. Fue el lugar elegido en 2011 por Rodríguez Zapatero para blindarse de los pitos y abucheos en el Día de la Fiesta nacional.
Un año antes, en 2011, Zapatero había recibido el abucheo con más número de decibelios, muy intenso durante la solemne ofrenda floral realizada por el Rey en homenaje a los caídos por España.
En esta ubicación, el público está situado a un centenar de metros de la tribuna de autoridades, de modos que sus eventuales protestas llegarían muy mitigadas.
Defensa sostiene que el motivo del cambio son las obras el paseo de la Castellana y el Santiago Bernabeu. Desde 2017, la tribuna se encuentra frente al campo de fútbol.
Desde la llegada de Sánchez al Palacio de la Moncloa, muchos ciudadanos le han recibido con pitidos y gritos de dimisión. A intentado varias estrategias para evitarlo.
En 2020, en una maniobra de despiste, su presencia no se anunció por megafonía.
Al año siguiente hizo coincidir su llegada con la de los Reyes, camuflando de esa manera las protestas con las aclamaciones dirigidas a los soberanos. Y el año pasado llego incluso más tarde que los Reyes, a los que hizo esperar. Moncloa aseguró que el retraso no había sido intencionado.
El momento del cambio no es baladí. Coincide cuando, previsiblemente, haya fracasado el intento de investidura de Núñez Feijoó a la presidencia del Gobierno, y Sánchez esté entrando en la recta final de sus negociaciones para intentar lo mismo.
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