Vídeo: EFE | Foto:Telemadrid
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Cuando apenas le "quedan días de verano" a 2019, el noveno Dcode Festival, el de Two Door Cinema Club, ha decidido ventilarse la tendencia de los carteles clonados con el soplo fresco de la actuación única en Europa de The Cardigans y, sobre todo, con la presentación estelar del nuevo disco de Amaral para demostrar por enésima vez que el suyo es uno de los mejores directos del país.

Ha sido una edición atípica hasta en su configuración horaria, que desde el mediodía ha despachado algunas de sus referencias con mayor poder de convocatoria, como Carolina Durante (los artistas que más han tocado en festivales esta temporada) o La Casa Azul (una típica baza nocturna en cualquier otra cita por su pop hedonista levantapistas).

Quizás por ello a la ya eterna joven promesa de Tom Odell, cuando el reloj apenas marcaba las seis de la tarde, le ha recibido una asistencia bastante cercana a la masa crítica de más de 20.000 personas que la organización ha estimado como total de esta única jornada de música.

El teclado del británico ha dejado paso a los sintetizadores vívidos de Miss Caffeina, listos para recoger los frutos de dos últimos discos con pegada popular y para levantar las pulsaciones con un repertorio que ha sido un arsenal de himnos de esta edición, tanto propios como ajenos, véase su versión de "Free from Desire".

Lo han hecho también con letras como "contigo sabe mejor el lado oscuro", de su tema "Oh Long Johnson", con el que ha arrancado un concierto empoderador, dedicado a la superación personal y a la aceptación.

Pudiera parecer a priori un anticlímax situar justo detrás el rock preciosista de Eels, pero los estadounidenses comandados por un Mr. E con ganas de jugar (y bailar como un zombi) han echado garra desde el arranque con la versión de The Who "Out in the street", lejos del intimismo que muchos pudieran esperar de su concierto.

Transcurrida la mitad de su recorrido, algo de esa vertiente necesaria de su discografía ha sonado en breves apuntes como la bella "That Look You Give That Guy" o la envolvente, catártica y a la vez electrizante "Novocaine for the soul", sin perder revoluciones ni cuando poco después un operario ha irrumpido en el escenario para aspirar el entarimado.

Turno entonces de las dos propuestas más singulares de esta cita y en parte también de toda la temporada festivalera de 2019. Primero, los suecos The Cardigans, referencia fundamental de los ecos alternativos pero con tirón comercial de finales de siglo XX gracias a discos como "Gran Turismo" (1998), que han traído a Madrid para conmemorar los 20 años de su lanzamiento.

Nina Persson ha evidenciado desde el inicio que no ha perdido magnetismo vocal, aunque, como en el caso de Eels, pronto también se ha constatado que hay artistas cuya energía fluye mejor en recintos cerrados para evitar la dispersión, especialmente cuando uno de sus fuertes radica en la elegancia y el susurro.

Clásicos como "Erase & Rewind", casi al principio, habrán dejado algún escalofrío de pura nostalgia, pero no más allá de las primeras filas, demasiado sutiles en su sonido, demasiado fuera de horario y demasiado tiempo igualmente fuera de circulación para haberse consolidado como icono transgeneracional más allá del infalible "My favourite game", que ha desterrado brevemente el sopor entre saltos, o la postrera "Lovefool".

Solo un día después de la publicación de su último disco, "Salto al color", y en su única fecha en festivales, Amaral ha recibido la difícil misión de recuperar el ritmo. Por su parte que no quedara, con Eva entrando al escenario embutida en un entallado body de lentejuelas que reflejaba los haces de luz ante una enorme pantalla con forma de mosaico de cristales.

La reciente "Señales", con sus sintes a lo "Encuentros en la tercera fase", ha sido la primera canción en sonar, pero no ha habido que esperar demasiado para grandes éxitos como "El universo sobre mí" o "Mis amigos", una dinámica de alternancia entre viejos y nuevos cortes que se ha repetido toda la noche.

De "Salto al color" han brillado especialmente "Mares igual que tú", casi ya uno de sus clásicos; "Nuestro tiempo", temáticamente bien hilada en un "mash up" con el "hit" de "Revolución", así como la solemnidad de "Soledad", una seguiriya acompañada por la batería que, como en la anterior gira, abandona el fondo del escenario para ocupar el flanco derecho.

"Nos hace mucha ilusión presentarlo en la ciudad en la que vivimos desde hace 20 años", ha proclamado el dúo zaragozano, que ha concluido su actuación por todo lo alto con "Hacia lo salvaje", pero dejándose fuera el muy apropiado "Días de verano".

Fiables como siempre y grandes cabezas de cartel oficiales de esta edición, Two Door Cinema Club no han deparado sorpresas con un "show" buenrollista y de puro hedonismo.

Los británicos, con reciente disco en el mercado, "False alarm", han dado buena cuenta de él desde el inicio con "Talk", un espectáculo de puro luz y color, muchas más guitarras de las que uno pudiera atisbar de su sonido sintetizado, pero sin olvidar los imprescindibles "What You Now" o "Something Good Can Work", temas que definen la esencia festivalera.