Vídeo: EFE | Foto:Telemadrid
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El rey Carlos III fue ungido este sábado con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, primado de la Iglesia anglicana, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.

El soberano, de 74 años, quedó velado por un panel de tela bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada uno de los países de la Commonwealth, bendecida en la Capilla Real del Palacio de St James hace una semana.

Durante la unción, el coro entonó la pieza "Zadok the Priest", compuesta por Georg Friedrich Handel para la coronación de Jorge II, en 1727.

El pueblo británico llena las calles para festejar la coronación de Carlos III

Como reflejo de la pasión del rey por la sostenibilidad, la pantalla que le ocultó, de 2,6 por 2,2 metros, ha sido fabricada con la madera de un roble plantado por el duque de Northumberland en 1765 en la finca de Windsor y que fue derribado por el viento.

La decoración del biombo fue encargada personalmente por el monarca al iconógrafo Aiden Hart, miembro de la iglesia ortodoxa griega, que a lo largo de una carrera de cuarenta años ha creado arte litúrgico católico, anglicano y ortodoxo.

El arzobispo de Canterbury, asistido por el deán de Westminster y el arzobispo de York, ungió con aceite las manos, pecho y frente de Carlos III, que ascendió al trono al morir su madre, Isabel II, el 8 septiembre, y hoy recibe oficialmente los símbolos de su poder.

Bajo los pies del rey, durante la unción sagrada, un pavimento de estilo cosmatesco representa el Día del Juicio, que en la tradición cristiana simboliza el momento en el que Cristo juzga a los mortales, incluidos los reyes.