Casado promete, ante 9.000 personas en Valencia, un cambio para España
Se lanza a la batalla de las ideas y rechaza lecciones de la izquierda
Presenta un nuevo contrato social
Pablo Casado ha cerrado la convención del PP con un multitudinario acto en la plaza de toros de Valencia ante 9.000 personas.
El líder del Partido Popular se presenta como a única alternativa a Pedro Sánchez y ha anunciado lo que sería su programa de gobierno.
Casado se lanza a la batalla de las ideas y rechaza lecciones de la izquierda
Pablo Casado se ha lanzado a dar la batalla de las ideas y ha dicho rechazar lecciones por parte de la izquierda en democracia, constitucionalismo, ecología o feminismo, al tiempo que ha desgranado decenas de propuestas para un "nuevo contrato social".
Ante 9.000 simpatizantes y que centenares, 3.000 personas según el PP, se hayan quedado fuera, ha pedido que el Gobierno "saque sus manos" de la educación -derogará la ley Celaá- o la economía -recuperará la reforma del PP para las pensiones- y deje de "tutelar" las vidas de los españoles, y ha reivindicado al PP como "el partido que derrotó a ETA" o que fue clave en la Transición.
"Nosotros nunca hemos defendido ningún telón de acero, ni ninguna dictadura, ni a Stalin como desde el Gobierno; a nosotros ni una lección de democracia", ha dicho Casado, tras la polémica después de que el Nobel Mario Vargas Llosa asegurase en el cónclave de los populares que "lo importante de unas elecciones no es que haya libertad en esas elecciones sino votar bien".
Ha anunciado que derogarán la ley de memoria democrática, crearán un Museo Nacional de Historia de España frente a un retrato "en blanco y negro", "de nostalgia caduca" de la izquierda.
Además, ha reivindicado al PP como el partido que ha roto "el techo de cristal de las mujeres" y de las del PP ha dicho que "para defender la igualdad no se vestían de morado", sino "de traje de faena para que haya millones de empleos para las mujeres". A nosotros de feminismo ni una lección", ha recalcado.
El PP es también para Casado el partido que "paró" el plan Ibarretxe y el de Carles Puigdemont. "Hicimos lo que teníamos que hacer", ha dicho Casado sobre la actuación del referéndum del 1 de octubre, que criticó en el marco de la campaña electoral catalana.
Y, además de negarse a hacer concesiones al independentismo y prometer la extradición de Puigdemont o la tipificación penal de los referéndum ilegales, ha enarbolado una defensa del rey o la unidad de España al pedir protección de la OTAN para Ceuta y Melilla o reivindicar la soberanía sobre Gibraltar.
"El partido de los españoles que madrugan, que pagan impuestos, que hacen la cola, que no se creen mejor que nadie, pero que están hartos de la falsa superioridad moral de los izquierdistas que nos miran por encima del hombro", ha reivindicado también.
Tampoco ha olvidado las banderas tradicionales del PP: bajada de impuestos, como el de sucesiones y patrimonio, y mochila austríaca para reformar el mercado laboral: "Menos estado, menos intervencionismo, más libertad".
Decenas de promesas electorales que ha desgranado durante cerca de una hora de discurso, despertando aplausos con sus alusiones a los expresidentes José María Aznar o Mariano Rajoy, entre otros y seguido por los simpatizantes, aunque en el tramo final se han visto algunos calvas en una grada llena antes hasta los topes.
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