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Esta próxima semana, a partir del lunes, vuelve a entrar en la atmósfera terrestre un satélite dedicado a medir los vientos. La Agencia Espacial Europea quiere que la caída de ese satélite sea controlada y que termine su vida en aguas del Atlántico, donde no existe ningún riesgo para la población.

Y es que, para que se hagan una idea, de media, cada semana se precipita un satélite a nuestro planeta, y lo hacen sin ningún control. No se preocupen, eso sí, porque prácticamente todos los componentes de esos satélites se disuelven en la atmósfera, y los que caen a la superficie, suelen hacerlo al mar.

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El satélite Aeolus de la Agencia Espacial Europea termina su vida útil y el lunes comenzarán las maniobras de reentrada en la atmósfera terrestre.

Inicialmente Aeolus no fue diseñado para que se pudiera dirigir su caída pero en cualquier caso, es habitual que caigan satélites de manera descontrolada.

El satélite Aeolus ha permanecido cinco años orbitando la Tierra.