El incendio de la Ribera d'Ebre, Tarragona, está ya perimetrado y en vías de estabilización, según ha anunciado el conseller de Interior, Miquel Buch, por lo que las próximas horas pueden ser cruciales.
Las malas noticias son las altas temperaturas que se esperan, que complican las tareas de extinción, y la incertidumbre de los vecinos desalojados que aún desconocen que ha pasado con sus casas y sus pertenencias.
En la otra cara de la moneda, algunos vecinos ya han podido regresar a sus hogares, que no se han visto afectados por las llamas, y que ya están fuera de todo peligro. Sin embargo, otros lo han perdido todo.
Ahora, los bomberos han cercar el fuego con emplazamientos en distintos puntos para evitar los peligrosos rebotes. Ayer hubo 20. Un trabajo sin descanso y de alta exigencia física que ya pasa factura.