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Las exigencias económicas de nacionalistas e independentistas marcan la investidura. Desde condonar la deuda contraída con el Estado, hasta gestionar las Cercanías o la Seguridad Social. Reivindicaciones con grandes dificultades para sacar adelante, ya que no solo afectarían a Cataluña o País Vasco, sino al conjunto del país.

Cataluña es la comunidad más endeuda con el Estado, debe más de 85.000 millones de euros al fondo de liquidez autonómico. Y una de sus aspiraciones es que se le perdone gran parte. Algo que no solo rechazan la mayoría de regiones sino también los expertos.

Las infraestructuras también acaparan parte de las peticiones. Cataluña aspira a gestionar el aeropuerto de El Prat, algo que desde Aena aseguran que no está encima de la mesa.

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Lo que si ésta encima de la mesa son los cercanías catalanes. Ya en mayo ERC y Junts solicitaron en el Congreso su traspaso.

Bildu y PNV también buscan la cesión de los cercanías, sin olvidar la histórica reivindicación de la y griega vasca. la conexión por alta velocidad de las capitales con Madrid y Francia.

Otra patata caliente es la gestión de la Seguridad Social, que ya recoge el estatuto de autonomía Vasco y que el gobierno no ha cedido. con esta competencia las altas y bajas de los trabajadores y la capacidad para sancionar empresas estaría en manos autonómicas.