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Las mascarillas quirúrgicas son un claro foco de contagio. Tirarlas a la calle es un gesto incívico que va a notar el bolsillo de quien no acepte la prohibición. Hasta 500 euros de multa se impondrán En algunas ciudades españolas a los ciudadanos que hagan oídos sordos a esta normativa y tiren las mascarillas fuera de los contenedores.

Las mascarillas quirúrgicas están compuestas por plástico.no son reciclables. Su desintegración puede tardar más de 400 años en descomponerse.