Pescadores japoneses temen perder su empleo por el vertido de agua radiactiva
Japón echará al Pacífico más de 1,32 millones de toneladas de líquido contaminado
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) supervisará el vertido al mar en la accidentada central de Fukushima
Japón va a comenzar a verter agua radiactiva en el océano, doce años después de la fusión nuclear de Fukushima. La operación ha sido aprobada por el organismo de control nuclear de la ONU, con el descontento de los pescadores locales y los residentes de las ciudades cercanas.
Haruo Ono, un pescador de 71 años, expresa su indignación por la posibilidad de verter agua radioactiva al mar cerca de Fukushima, ya que teme que esto afecte la venta de pescado durante las próximas décadas.
Tras el terremoto y tsunami de 2011, la central nuclear de Fukushima contaminó el agua, y desde entonces se ha estado bombeando agua para enfriar los reactores. La empresa TEPCO ha construido tanques para almacenar las aguas residuales, pero ahora busca liberar espacio para el desmantelamiento seguro de la central mediante el vertido de las aguas al mar.
Expertos sugieren el almacenamiento a largo plazo para "que la radiación decaiga a niveles seguros". Rafael Grossi, director general del organismo de energía atómica de la ONU, ha visitado la central y asegurado que la mayoría de los elementos peligrosos pueden eliminarse, aunque el tritio radioactivo sigue siendo un problema. Según los involucrados, la concentración de tritio estará por debajo de los niveles permitidos en otros países.
Medidas para "evitar que el vertido cause daños"
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) tendrá "presencia permanente" durante décadas en la accidentada central de Fukushima para supervisar el vertido al mar de aguas residuales y alertar en caso de detectar irregularidades, según dijo hoy su responsable, Rafael Mariano Grossi.
El OIEA ha llegado a un acuerdo con las autoridades niponas y con la operadora de la central, Tokyo Electric Power Company (TEPCO) para tener una oficina fija en las instalaciones atómicas mientras se prolongue el proceso de descarga al Pacífico del líquido tratado en paralelo al desmantelamiento de la central, dijo Grossi.
"Analizaremos la descarga para comprobar que se produce dentro de ciertos parámetros y que no supone ningún daño para el medio ambiente", explicó Grossi durante una rueda de prensa en Tokio, al término de su visita a Japón para presentar las conclusiones de la evaluación de la OIEA sobre el plan nipón para deshacerse del agua acumulada en Fukushima Daiichi.
"Si detectamos algún problema, alertaremos a las autoridades japonesas, que serán las que tendrán que actuar", añadió Grossi, quien recordó que el OIEA "ofrece una evaluación técnica" del vertido pero "no tiene autoridad para detener ni para empezar la descarga".
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/title}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}