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En 2019, Pedro Sánchez prometía traer de vuelta al prófugo Puigdemont para que rindiera cuentas ante la Justicia. Esa promesa no ha sido cumplida. En cambio, Puigdemont, ayer en Suiza comenzó su labor de control al Gobierno en una reunión en Ginebra, Suiza, con una delegación del PSOE y un verificador internacional. Se trata del diplomático salvadoreño Francisco Galindo Velez, experto en guerrillas y refugiados. Nada más ha trascendido de la primera reunión entre PSOE y Junts marcada por el hermetismo que el nombramiento del mediador, que se ha convertido en el convidado de piedra de la política española.

Desde el PSOE, este domingo ni una palabra sobre el nombrado verificador aunque acusaba al PSOE de estar en la crispación. El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha asegurado, frente a los que están "en la crispación" y en el "se rompe todo, se rompe España", que "no desaparece nada, las cosas evolucionan y se transforman". Además, ha criticado a aquellos que tienen "miedo a hablar con los que piensan distinto".

Illa dice que España no va a desaparecer y censura a quienes tienen "miedo a hablar con los que piensan distinto"

El expresidente del Gobierno socialista José Luis Rodríguez Zapatero, por u parte, ha declarado este domingo, que el ejercicio de los partidos políticos es "libre para reunirse con quien quieran, donde quieran y como quieran". "Eso es la democracia, libre, tanto que invocan la libertad", ha exclamado, para apostillar: "Al PSOE van a venir a decir cosas".

Feijóo denuncia "la humillación" de Sánchez con el mediador

Por su parte, Podemos defendía su figura y trayectoria que considera adecuada para desempeñar su nuevo papel de verificador.

Su perfil como experto en conflictos armados y protección de refugiados es considerado por el Partido Popular como una humillación para un debate de política interna en España.

Los populares han insistido en que no hay un caso similar en ningún país occidental.