Simón Bolívar, el puente de la desesperación venezolana
Los bolívares que pueden gastar se quedan en nada al cambiarlos por pesos colombianos
Largas filas, pero buen ritmo. Más de 35.000 venezolanos regresan cada día de Cúcuta, en la frontera con Colombia, cruzando el puente de Simón Bolivar.
Van cargados de todo aquello que ya no encuentran en su país, productos de subsistencia básica, comida y medicinas sobre todo. Ello a pesar de que los bolívares que pueden gastar se quedan en nada al cambiarlos por pesos colombianos.
Otros regresan después de una larga jornada laboral, en la que se ocupan en lo que pueden.
Y hay quienes cruzan el puente para iniciar a pie una migración incierta, hartos quizás de rebuscar algo que comer en los aledaños de los comercios de Caracas.
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