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Mostrar en el entorno familiar emociones positivas, como el cariño, o negativas, como la ira, puede ser determinante para el aprendizaje escolar de los niños. Así lo confirma un estudio de la UNED, que apunta a que esas emociones son más importantes e influyen más en el rendimiento académico, que lo que hasta ahora habían sostenido otros expertos: la clase social.

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De este modo, la teoría que hasta ahora había imperado en el ámbito de la sociología, queda descartada con el estudio realizado por la UNED, porque se pensaba que la clase social de los padres determinaba el desarrrollo emocional de los hijos tanto como el desarrollo cognitivo.

Esta investigación se ha centrado también en la importancia de la corresponsabilidad en la crianza y la forma en la que mostremos nuestras emociones será clave.

Ira, cólera o cariño y ternura influirán en su rendimiento académico y determinarán el desarrollo de la autoestima, la hiperactividad e incluso de los dolores reiterados de cabeza o estómago