Esto es lo que les sucede en Rusia a los que reconocen abiertamente su homosexualidad. Decirlo se considera delito y los que se atreven son muchas veces atacados en la calle o por su propio entorno.
Es lo que nos ha contado el activista ruso Mijail Tumasov.
Ha sido amenazado y apaleado por reconocer abiertamente su condición sexual. Dos semanas en el hospital, despedido de su trabajo y obligado a mudarse de ciudad.
"Muchos activistas en Rusia reciben amenazas por las redes sociales, el correo o por teléfono" asegura Mijail.
Su asociación se dedica ahora a rescatar homosexuales perseguidos y encarcelados en Chechenia.
En Madrid está feliz, "era la primera vez en mi vida que podía darle la mano a mi pareja".