El dióxido de azufre del volcán de La Palma ya circula por la península

El aumento de violencia en las explosiones del volcán de La Palma hacen plantearnos dos preguntas: ¿el dióxido de azufre puede llegar a la península? y de llegar, ¿puede caer lluvia ácida?

La respuesta a la primera pregunta, es sí, el dióxido de azufre puede llegar a la península, y ya se ve en un mapa, en donde el dióxido de azufre está representado en tonos rojizos, cómo circula en estos momentos por las capas altas de la atmósfera.

No habrá lluvia ácida

Y aquí está la clave, para responder a la segunda pregunta, sobre si caerá lluvia ácida sobre la Península. En este caso, la respuesta es no, ya que la concentración de dióxido de azufre que emite el volcán, que son entre 6.000 y 11.000 toneladas al día, se encuentra por encima de las nubes. Es decir, que su presencia en superficie es muy pequeña, por lo que no se llegaría a mezclar con las nubes, y por tanto el riesgo de que caiga lluvia ácida es muy bajo.

Ya hemos visto que los gases que emite el volcán pueden suponer un peligro para la salud de las personas que viven en la isla. Para minimizar los riesgos, los expertos nos dan una serie de recomendaciones: desde usar mascarilla a, si estamos en casa, tener las ventanas cerradas y, por supuesto, no acercarse al lugar de la erupción...

Y es que el volcán de la Palma, además de lava, expulsa cenizas, dióxido de azufre y otros gases perjudiciales para la salud. Las personas que tengan que salir a la calle deben usar mascarillas, preferiblemente, del tipo FPP2.

Los gases que emite el volcán de La Palma, de momento no representan un peligro para la salud de los habitantes en la península

Pero aunque los gases del volcán se están extendiendo por la atmósfera a largas distancias no representan, de momento, un peligro para los habitantes de la península. En cambio, en las islas, concretamente en La Palma el magma podría llegar a alcanzar el mar.

En esa situación, según el doctor Javier de Miguel, las autoridades deberían acordonar la zona y prohibir la navegación y el baño.