Más de 600 mujeres pakistaníes han sido vendidas por sus familias para casarlas
En menos de dos años, más de 600 mujeres pakistaníes, muchas menores de edad, han sido vendidas por sus familias para casarlas.
Muchas de ellas son maltratadas y obligadas a prostituirse. Las que consiguen regresar lo hacen en pésimas condiciones.
En el cementerio cristiano de Guranguala yace Samiya Pervaiz, una muchacha pakistaní que murió un mes después de regresar de china.
Su familia la había vendido a una red de tráfico de personas que se la entregó en matrimonio a un ciudadano chino.
Regresó desnutrida, mentalmente confusa, "con un peso muy inferior a lo normal, en un estado lamentable", dice kan taren, el médico que la trató".
Según activistas de derechos humanos y la agencia AP, en dos años, 629 pakistaníes, muchas menores, han sido vendidas como novias y trasladadas a China.
Con frecuencia son aisladas, abusadas e incluso obligadas a prostituirse. Las redes obtienen de los novios entre 25.000 y 60.000 dólares. En octubre, un tribunal absolvió a 31 chinos acusados de trata.
Los investigadores del caso aseguran que las denunciantes fueron sobornadas o amenazadas para que evitar que testificaran.
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