La pastelería Diadema, emblema de Malasaña, cierra después de 45 años

Los pequeños negocios de barrio siguen echando el cierre. Este fin de semana le toca el turno a la pastelería Diadema, todo un emblema de Malasaña, todo un emblema de Malasaña. Después de 45 años, Marisa y Manolo bajan la persiana del local. “45 años y han pasado volando, yo ni me he enterado”.

Marisa saca los últimos pasteles de su pequeño obrador. Juliana, su empleada, se queda sin trabajo, pero aún así está contenta por su jefa,“se lo merece, curra como nadie y tiene que descansar”.

Una jubilación forzada, porque Marisa y su marido Manolo querían seguir. Pero al vencer la renta antígua, el propietario sólo accedía a una venta del pequeño local. “Después de pagar religiosamente ni nos bajan nada ni quieren saber nada”

Los clientes les piden que no echen el cierre. “Se quedan sorprendido y nos dicen que no podemos cerrar”. Ahora toca descansar y disfrutar del tiempo libre.

A pesar de que dos de los cuatro hijos estaban dispuestos a continuar con el negocio familiar, el contrato de alquiler no les ha permitido hacerlo. El número 6 de Espíritu Santo deja un vacío que no se podrá llenar.

No es el único negocio que cierra, la semana pasada vimos la despedida entre aplausos de Gabino y su mítico local de freiduría de gallinejas más famosa de Madrid. Lleva trabajando en ella 67 años, desde que tenía 12 años.

Las empresas madrileñas de entre uno y cinco trabajadores pasaron de 120.832 en el 1 de enero a 95.236 a fecha de 1 de octubre del año pasado.

Esta caída, aunque también ha afectado a las grandes empresas, es menor en aquellas que cuentan con 250 empleados o más, que pasan de las 1.563 entidades a 1.553.