La sidra se reinventa con el objetivo de no perder mercado. La idea surge en su "patria querida" asturiana.
Vasos con colores, numerados y soportes para no tocarlo mientras se escancia.
El problema está en el vaso. No se puede usar el tradicional compartido.
Sistemas de personalización con nombre o identificación artística para identificarlos. Vasos originales personalizados con una frase, un dibujo, un sello.
En la mayor fábrica de vasos finos de sidra, ahora los diseñan con colores. El ingenio se ha puesto en marcha. No se toca el contenido, solo se disfruta.