Cuca García de Vinuesa, una perfecta anfitriona y una jubilada feliz
La empresaria, periodista y escritora, cree que "sin fotos y sin recuerdos, no hay vida"
Cuca García de Vinuesa es una persona feliz. "He sido muy feliz en los hoteles, he sido muy feliz en televisión, y soy muy feliz como jubilada... La vida es bella".
Y es que Cuca es una de esas personas capaces de centrarse sobre todo en el lado positivo de la vida, una vida que le dio un susto no hace mucho y cuya experiencia le marcó para siempre. De todo ello habla en el programa 'Toc, toc, ¿se puede?', al tiempo que nos enseña su casa, un lugar lleno de recuerdos y fotografías: "Sin fotos y sin recuerdos, no hay vida".
De profesión, 'anfitriona'
Cuca García de Vinuesa confiesa que es buena anfitriona en buena parte, por su profesión: "Me he pasado cuarenta años de mi vida recibiendo gente en los hoteles, cenando fuera, comiendo fuera. Y mi ilusión siempre ha sido tener una casa agradable donde la gente se pudiera sentir bien".
Cuca ha trabajado como directora de comunicación de cadenas hoteleras de primer nivel en todo el mundo. Ahora, ya jubilada, saborea la vida con total intensidad. "Cuando te jubilas, es maravilloso, porque empiezas a recordar enseñanzas de tu madre".
Ahora, por ejemplo, se dedica más a cocinar, algo que siempre le gustó. "Hago la mejor tortilla de patatas. De la abuela 'Cuca', como dice mi nieta". Y siempre que organiza tertulias con sus amigas, terminan compartiendo alguna comida.
Del salón, decorado de forma elegante, destaca la ausencia de televisión. "El salón es un lugar para charlar", dice. Y también enseña orgullosa el armario heredado de su abuela "que tendrá cerca de doscientos años".
Los colores que predominan en toda su casa son el burdeos y el blanco. "Yo siempre voy de blanco". Y es cierto. Su armario es como un 'escaparate' de prendas blancas.
La importancia de mostrar los recuerdos
Cuca dice haber sido feliz en todas las etapas de su vida. Por eso muestra todos sus recuerdos en muebles y distintas estancias de su casa. Fotografías de sus padres, un retrato suyo, y un despacho en donde colgará imágenes que le traen gratos y divertidos recuerdos, como una portada del Miami Herald en donde cambian su nombre por el de 'Carmen García de Vinuesa', "porque allí, para los cubanos, Cuca significa otra cosa y no se puede decir".
Y ahora, que tiene más tiempo, esta feliz jubilada sabe cómo llenar cada minuto: encuentros con la familia, con las amigas, leer, jugar a la 'canasta', y hasta tocar la guitarra. Cuca nos sorprende con una ranchera tocada por ella misma a la guitarra. Y es que esta mujer tiene muchos secretos que echan por tierra su imagen seria. Por ejemplo, su pequeña afición a bañarse a partir de las doce de la noche (en verano) en la piscina.
Un accidente que le marcó para siempre
La casa, que tiene cerca de 600 metros cuadrados, y que comparte con su hija María, fue protagonista de un accidente que le dejó una huella para siempre. El coche, recién aparcado, no tenía el freno de mano echado y se deslizó por una cuesta, atropellando a Cuca y aplastándola contra el muro que separa su casa de la de los vecinos. "Volvía nacer", nos dice. Y eso que gracias a sus vecinos, que oyeron sus gritos, pudieron atenderla.
El golpe le causó una fractura de coxis y pelvis y la rotura del pericardio. "Me abrieron y cosieron... y vi el otro lado. No tengáis miedo".
Sin duda, Cuca es una mujer 'guerrera', luchadora, con mucha personalidad y sobre todo, optimista. Sin duda, tiene una gran capacidad para ver la luz en medio de la niebla. Por eso tal vez para ella, la vida siempre "es bella".
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