Una de las viviendas del 'Madrid moderno', en el barrio de la Guindalera | REDACCIÓN
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Viajemos en el tiempo para imaginar un Madrid diferente, pero muy abierto, como siempre, a la innovación. Nos situamos a principios del siglo pasado para dar un paseo por el barrio de la Guindalera, que por entonces, era el extrarradio de Madrid. Sí, justo el barrio que se esconde tras la actual plaza de toros de las Ventas, y que sorprende por conservar una docena de casas que no podremos ver en ningún otro lado de la ciudad. Para verlas, debemos buscar las calles de Cardenal Belluga con Castelar, o la calle Roma e imaginar que en aquel lugar no había aún plaza de toros.

Balcones 'shakespearianos' y minaretes neomudéjares

Este barrio fue una colonia cuyas casas unifamiliares se construyeron a finales del siglo XIX y a principios del XX, en tres fases. Un proyecto que nació como una utopía: la de ofrecer casas más amplias a precios más económicos.

Las dos primeras fases se construyeron en estilo neomudéjar, y la tercera fase, en estilo modernista. Esta última fase se construyó entre 1905 y 1906 en la calle Roma, y uno de los responsables fue el arquitecto Valentín Roca Carbonell, (responsable entre otras obras, de la remodelación del Palacio del Marqués de Salamanca, en el Paseo de Recoletos).

La iniciativa sin embargo fue del arquitecto Julián Marín. Los terrenos eran suyos y fue el que 'bautizó' este proyecto como 'Madrid moderno'.

La primera fase contó con viviendas de estilo neomudéjar, construidas en hileras y con remates de torreones en las esquinas. Tenían dos plantas, patio interior y sótano. El encargado de construir esta primera fase fue Julián Marín, quien también se encargó de construir la 'Casa de las Bolas' (calle Alcalá con calle Goya). Las fachadas llaman la atención por ser de ladrillos bicolor.

Estas viviendas unifamiliares llamaban la atención por sus miradores elevados sobre columnas. Son más antiguas que la plaza de Toros

La segunda fase contó con varios arquitectos, y aunque seguían el estilo de la primera fase, añadieron un mirador sobre la entrada de las viviendas.

La tercera fase se construyó con viviendas de tres alturas y un marcado estilo británico. Un balcón mirador en la fachada, distintos niveles de alturas en sus tres plantas, patio inglés y terrazas.

Y aunque el proyecto intentó instaurar un barrio moderno e innovador, con viviendas especiales, singulares, en aquella época, no estuvo bien visto. Hasta el mismísimo Azorín escribió una terrible crítica al respecto. Y el barrio se convirtió en barriada, desprestigiada por muchos.

Fotografías del 'Madrid Moderno' | REDACCIÓN

De hecho, como las viviendas no estaban protegidas, durante los años 70 muchas fueron demolidas o transformadas por completo para construir bloques de edificios más 'comunes'. El barrio del 'Madrid moderno', por lo tanto, no triunfó. Y eso que llegó antes que la famosa plaza de toros, construida en 1931, y que llegó a tener hasta línea de tranvía que comunicaba esta zona con el centro.

Todas las viviendas que podrás ver en el programa 23 de 'Toc, toc'

Hoy sin embargo, sus viviendas pueden llegar a alcanzar el millón y medio de euros. Son casas peculiares, únicas, y el tiempo ha dado la razón a aquel utópico proyecto que tal vez era 'demasiado moderno' para el Madrid de entonces.