Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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¿Alguna vez te preguntaste dónde guardar la bicicleta si se tiene poco espacio en casa y ningún trastero? Tal vez puedas colgarla... ¡del techo! Aunque para ello necesitas, claro, tener un techo alto, como el de este dúplex que 'Toc, toc, ¿se puede?' ha encontrado en pleno barrio de La Latina.

Un 'alma libre' en la que fue la casa de Ventura Rodríguez

Entrar en esta casa del barrio de La Latina es como comprar un billete para otro continente sin tener que pasar por aduanas. Un lugar que invita a viajar por otras culturas en apenas 100 metros cuadrados. Un gong en la entrada, una escultura de elefante que hace de asiento... Lo cierto es que hay pocas cosas decorativas en esta vivienda. Todo tiene una utilidad, un uso, a pesar de que parecen piezas 'intocables'.

Su propietario se llama Ricardo, aunque bien podría ser 'Bufalo Bill'. Y aunque es abogado, es un alma inquieta y aventurera que no puede dejar de viajar y de tener contacto con el mar. De sus viajes, precisamente, trajo todo lo que tiene en su casa. "He viajado mucho. He cometido alguna locura, como dar la vuelta al mundo en un mes", nos confiesa.

Ricardo es parte de la tripulación del 'PROS', un velero que da la vuelta al mundo emulando la travesía de Elcano

Al entrar, tienes la tentación de mirar hacia arriba, porque al ser un dúplex sin techo de separación entre las dos alturas, el techo es alto, muy alto. Y al mirar descubres dos curiosidades: un altillo repleto de libros (unos cuatro mil volúmenes) y una bicicleta colgada del techo. Tampoco es decorativa. Ya dijimos que aquí nada lo es.

Todas las viviendas que verás en el programa 21 de 'Toc, toc'

En realidad se trata de la bici de paseo de Ricardo, y para usarla, solo tiene que descolgarla con un sencillo sistema de cuerdas y poleas. Tan fácil como eso. Después de utilizarla, vuelve a su lugar, al techo.

El otro gran atractivo de esta casa, además de contar con la anécdota de haber sido la vivienda del arquitecto madrileño Ventura Rodríguez, son las vistas. Desde el salón puede verse, casi al lado, el famoso viaducto de Segovia.