San Francisco el Grande |
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Tiene la cúpula más grande de toda España y la cuarta de Europa y fue declarada hace cuarenta años Monumento Nacional. De estilo neoclásico y hace relativamente poco restaurada, ahora se muestra más que nunca en todo su esplendor. Y eso no es todo.

La Basílica de San Francisco el Grande no es solo una joya por su arquitectura, sino también por los tesoros que guarda en su interior: lienzos de Goya y Zurbarán de incalculable valor.

Pero las curiosidades de este majestuoso templo no se quedan aquí. Su historia está repleta de anécdotas que repasamos a continuación.

Un regalo a San Francisco de Asís

En realidad la Real Basílica de San Francisco el Grande (que oficialmente tiene el nombre de Nuestra Señora de los Ángeles) se levanta en honor a San Francisco de Asís. El terreno sobre el que se construyó (situado en la Plaza de San Francisco) fue en realidad un regalo al santo a su paso por Madrid, cuando hizo el Camino de Santiago (en el año 1214).

Pero la Basílica que hoy conocemos no fue la primera en construirse en esos terrenos. Antes que este templo, se levantaron una ermita y un convento (del que parte la Basílica), el Convento franciscano de Jesús y María. El actual templo es del siglo XVIII, y fue construido a través de la orden franciscana, entre 1776 y 1784.

El encargado de llevar a cabo esta majestuosa obra fue el famoso arquitecto de Palermo pero con residencia en Madrid y al servicio de la Casa Real, Francisco Sabatini (sí, el mismo que se encargó de la Puerta de Alcalá, el Palacio Real, la puerta de San Vicente o la Puerta Real del Real Jardín Botánico, y la remodelación de la Plaza Mayor, entre otras obras). Él fue el que siguió un primer diseño del fraile Francisco Cabezas.

San Francisco el Grande tiene la cúpula más grande de España y la cuarta de Europa, tras la de la Basílica de San Pedro y el Panteón en Roma, y la de Santa María de Fiore de Florencia

Su estructura se levanta sobre una planta central circular, cubierta por una enorme cúpula de 33 metros de diámetro y 58 metros de altura. Se trata de la cúpula más grande de toda España y la cuarta de Europa, después de la cúpula de San Pedro, la del Panteón (ambas en Roma) y la famosa cúpula de la Basílica de Santa María de Fiore (en Florencia).

Detalle del interior de la cúpula de San Francisco el Grande | REDACCIÓN

Pero ésta no es la única cúpula que tiene San Francisco el Grande. Junto con una capilla grande, la Basílica cuenta con seis capillas más, y cada una de ellas tiene una cúpula menor.

Sus obras de arte y algunas curiosidades más

Pero además de ser un edificio que es ya Patrimonio Nacional, la Basílica de San Francisco el Grande posee en su interior una rica pinacoteca y esculturas de mármol blanco de gran valor.

La Basílica de San Francisco el Grande fue declarado en 1980 Monumento Nacional

Entre sus frescos y lienzos, se encuentran obras de autores tan conocidos como Goya, Zurbarán, Alonso Cano, Menéndez Pidal, Casto Plasencia o Lucas Jordán entre otros.

Este templo ha sufrido varias reformas y por diferentes 'usos'. Sí, no siempre ha sido una iglesia. Con la invasión Napoleónica, el edificio quedó dañado y se usó como cuadras durante un tiempo.

En 1836, pasó a manos del Estado español y llegó a servir de sede en 1838 del Cuartel de Infantería.

Entre 1869 y 1874, se usó como Panteón Nacional, llevándose hasta allí los restos de personajes ilustres, como Calderón de la Barca, Quevedo, Garcilaso de la Vega o Ventura Rodríguez, entre otros (restos que posteriormente fueron devueltos a su lugar de origen).

En 1879 tuvo lugar la primera reforma del edificio. Su interior se 'embelleció' con murales de artistas como Salvador Martínez Cubells y Casto Plasencia, y esculturas como las de Jerónimo Suñol o Mariano Benlliure.

A lo largo del siglo XX se han llevado a cabo numerosas reformas. También a comienzos del nuevo siglo. La última, terminó en el año 2006. Momento ahora para aprovechar la oportunidad e admirar por fin la Basílica por fuera y por dentro en todo su esplendor.