Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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El tercer programa de Toc Toc nos brinda la oportunidad de asomarnos a la ventana de una de las casas con mejores vistas de toda la ciudad. El propietario es un bailarín ya retirado que posee dos viviendas en plena Gran Vía. "Me ha costado mucho trabajo, mucho sudor y muchas giras por todo el mundo", nos explica. Se trata de Mario la Vega, que vive junto a su mujer, también bailarina jubilada, María del Sol.

Dos casas en pleno centro de Madrid

Esta pareja de bailarines recorrieron con su arte de baile español cerca de 50 países. "Todo el mundo, recorrimos", nos explica María del Sol. Gracias a lo que pudieron ahorrar durante toda una vida, cumplieron sus sueño de vivir en plena Gran Vía.

La pareja posee dos viviendas. La primera es donde viven y está repleta de recuerdos y cientos de objetos que se amontonan en mesas, estanterías y paredes. La segunda vivienda, en cambio, es un lugar diáfano cuyo principal atractivo está en la ventana.

La casa que Mario la Vega nos enseña está dentro del edificio del Palacio de la Prensa, en lo más alto. Casi, casi, toca el cielo de Madrid. Su ventana muestra de frente al vecino edificio Capitol, y todo el centro de la ciudad, desde el Cerro de los Ángeles, hasta la parroquia de Santa Cruz, el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Colegiata, la Casa de la Villa o la Plaza Mayor.

Mario la Vega compró esta vivienda por diez millones de pesetas (unos 180.000 euros) en 1985, a un general del Ejército que estaba ciego

Mario la Vega adquirió este apartamento en 1985 y lo más curioso de todo es que pertenecía a un general del Ejército español que era ciego. "Y no podía disfrutar de estas vistas", añade.

Las casas de ensueño que verás en el tercer programa de Toc toc

Además, cuenta con una curiosidad: una pequeña ventana que a modo de claraboya sale del suelo en una de las paredes que dan a la calle Gran Vía. "Es el hueco que dejó un obús que impactó con la vivienda durante la Guerra Civil y se quedó incrustado. Lo hemos querido respetar".

La casa conserva el agujero que dejó un obús que se incrustó en la fachada durante la Guerra Civil

Desde esa pequeña ventana se pueden ver además todas las calles del centro de Madrid hasta la Plaza de España. Todo un privilegio.