La vivienda que consume para calentarse la misma energía que un secador de mano
Una vivienda energéticamente perfecta es aquella capaz de aprovechar al máximo hasta el último reducto de energía. Y eso pasa por aislar de forma correcta, pensar en la distribución de cada estancia, e invertir en aislamiento...
Encontramos esa vivienda en el undécimo piso de un edificio del barrio de Chamartín. Sus propietarios son arquitectos y han reformado recientemente la casa con ese fin: convertirla en una vivienda energéticamente eficiente. ¿Cómo lo han logrado?
Una suma grande de pequeños gestos
Nola, nuestra anfitriona, nos explica que al final todo es una suma de pequeños gestos importantes. Por ejemplo, la casa no tiene persianas, para evitar la pérdida de energía que producen los cajones de las mismas. Eso sí, confiesa que en verano "el salón es un horno".
La casa tiene 13 años, pero la reforma la hicieron hace solo uno. Pensaron en todo, también en espacios que pueden 'mutar', como la pared del comedor, que puede moverse para crear otro espacio, una habitación de invitados.
Lo más importante de la casa, asegura Nola, es el aislamiento. La casa tiene 220 metros cuadrados, y costaba mucho calentarla. "Ahora la puedes calentar con la misma energía que gastarías en un secador de mano". Para ello, utilizan un sistema de ventilación basado en una máquina de doble flujo que no hace ningún ruido, y que filtra todo el aire que entra. Así que también lo purifica.
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