Copa Chenel 2022: La actitud de Galván y los arrestos de Ritter triunfan en Alalpardo (parte 2)

Frío ambiental pero calor en el ruedo. Bajo esos parámetros se desarrolló el primer festejo de la Copa Chenel 2022 en la plaza de Alalpardo. David Gaván, tras una actuación épica después de ser volteado espectacularmente, y Sebastián Ritter, que demostró poso y temple, fueron los triunfadores de un festejo en el que no terminó de convencer el juego de los toros de José Escolar y El Retamar.

Abrió plaza y Copa Francisco José Palazón, que evidenció su escaso bagaje en los últimos años. Con su primero de Escolar solo dejó actitud y algún muletazo suelto dentro de un conjunto que nunca llegó a tomar vuelo.

Con el cuarto de El Retamar, esas carencias de sitio se hicieron más evidentes. Ante un ejemplar que sacó cierta bondad, el alicantino se movió en tierra de nadie sin decir mucha cosa.

David Galván movió con gracia y expresión el capote para recibir al segundo de Escolar, un animal manejable pero que nunca descolgó y se movió con sosería. La faena de muleta del gaditano tuvo ciertos altibajos, pero dejó destellos de gracia y gusto, sobre todo en los remates de las tandas. Pero el mal uso de la espada hizo que se esfumase la posibilidad de premio.

El quinto de El Retamar propinó un gran susto a Galván. Tras una larga cambiada el animal repuso y se llevó por delante al torero, lanzándole por los aires y buscándole en el ruedo, hundiendo el pitón por la chaquetilla y rasgándola por varios sitios.

Un milagro que no calase en la anatomía más allá de un tremendo varetazo en la escápula derecha. El toro se partió un pitón y tras reponerse Galván del KO técnico del que salió a salvo, tuvo que lidiar un sobrero de Escolar.

Muy firme el de San Fernando, acabó imponiéndose a un toro que no humilló ni se entregó. Tras una estocada desprendida fue premiado con el doble trofeo por unos tendidos aún conmocionados e impactados por el percance que había sufrido.

El otro triunfador del festejo fue Sebastián Ritter, que cortó una oreja a cada uno de sus toros. La primera llegó ante el tercero bis de El Retamar, un sobrero de escaso fuelle y fortaleza con el que el colombiano estuvo templado y gustándose en el toreo al natural, por donde llegaron los mejores muletazos del trasteo.

El sexto lució el hierro de José Escolar, un toro de serias y preciosas hechuras que se movió con encastada condición en los primeros tercios. Humilló en el capote y se arrancó con alegría al caballo en dos ocasiones. Pero fue llegar al tercio de muleta y el depósito de casta se agotó. Muy parado, Ritter tuvo que tirar de valor y sitio para arrancar algún muletazo de mérito. Paseó un trofeo sobre la bocina.