Corridón de Victoriano del Río. Por fondo y forma. Por casta y trapío. Bravura con todos sus matices que exigió a la terna y se entregó a tres toreros que también se entregaron en una tarde de emociones fuertes que le reconcilian a uno con esta bendita Fiesta.
El toro que abrió plaza fue un toro muy serio que tuvo movilidad y encastada exigencia. Ferrera inició faena en el tercio y quiso sacárselo a los medios. Pero el viento no le dejó. Firme el extremeño, que tuvo que poner toda la carne en el asador para atemperar las temperamentales embestidas de su oponente por ambos pitones. Cosa que no siempre ocurrió. La estocada necesitó de un golpe de descabello y la ovación reconoció al conjunto al no ser mayoritaria la petición.
Al cuarto, también de preciosas y serias hechuras, le banderilleó Ferrera. En el segundo par el toro apretó al extremeño rumbo a tablas. Tremendo el topetazo con la pierna izquierda atrapada entre la madera y el testuz del toro. Salió dolorido Ferrera al ruedo para completar el tercio con un par al violín. Muy templado el torero, viniéndose arriba pese al trance y al dolor. Los muletazos rezumaban torería y despaciosidad a partes iguales. Entró a matar dando muchos metros al toro pero pinchó en la primera ocasión y enterró una estocada baja a la segunda. Sin embargo, los tendidos y el palco le recompensaron con las dos orejas.
Se gustó en el toreo a la verónica Emilio de Justo con su primer toro. Un animal que se empleó en el puyazo que tomó y que siempre basculó entre tomar los engaños y buscar el camino de tablas. Lo sujetó el cacereño en una faena en la que gustó su toreo al natural. Cortó una oreja tras un espadazo desprendido.
El quinto, el de hechuras más desagradables del sexteto, fue un toro muy complejo. No se entregó en los primeros tercios y comenzó el de muleta con el freno de mano echado. Pero la determinación y el terreno que pisó Emilio obró el milagro. El toro se acabó entregando a medida que la faena transcurrió. Mando y profundidad para ir desengañando al toro y sacando el fondo de nobleza que tenía. El final, al natural a pies juntos, fue un monumento al toreo. Se volcó el torero tras el acero para enterrar una estocada de perfecta ejecución y desprendida colocación. Las dos orejas premiaron a la gran obra de Emilio de Justo.
Precioso de capa resultó el ‘flor de gamón’ que saltó en tercer lugar. Éste de Victoriano fue un ejemplar de gran clase en sus embestidas al que cuajó un variado saludo capotero Ginés Marín. El inicio de faena fue una explosión de toreo de rodillas mirando al tendido. Después, acertó al quitar las querencias que tenía el toro hacia los adentros para terminar toreándolo con ligazón y profundidad por ambos pitones. Un final de nuevo por hinojos y un espadazo letal le pusieron en bandeja las dos orejas.
El sexto fue el toro de la corrida. Serio, con trapío de plaza de primera y bravo en todos los tercios. Empujó con codicia y clase en el puyazo que tomó, se arrancó con alegría en banderillas y embistió con encastada clase a la muleta de Ginés, que supo conducir con mando y temple las embestidas del toro. Faena larga que concluyó de un soberbio volapié. La oreja para el torero supo a poco y la ovación en el arrastre para el toro a mucho menos. Se echó cuanto menos el pañuelo azul en el palco para premiar a tan bravo ejemplar.
FICHA DEL FESTEJO
Badajoz, sábado 26 de junio de 2021. 2ª de Feria. Casi lleno sobre el aforo permitido.Toros de Victoriano del Río, muy bien presentados, con amplio trapío. Conjunto encastado y noble. El mejor y más completo, el bravo 6º.
Antonio Ferrera, saludos y dos orejas.
Emilio de Justo, oreja y dos orejas.
Ginés Marín, dos orejas y oreja.
Incidencias: Tras la lidia del cuarto toro Antonio Ferrera fue atendido de una cornada interna en la pierna izquierda, sin anestesia, que no hizo necesaria la hospitalización.