Así era la casa del pederasta de Ciudad Lineal
Antonio Ortiz, detenido hace cuatro años, utilizaba chucherías con somníferos para abusar de sus víctimas
El pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, detenido hace ahora cuatro años, sembró el pánico en Madrid, se convirtió en el enemigo público número uno. Utilizaba chucherías con somníferos para engañar a las niñas, conseguir su confianza y llevárselas a su casa para violarlas.
El pederasta no elegía a las niñas al azar, las vigilaba en los parques infantiles, se aprendía sus nombres, y luego se hacía pasar por un amigo o conocido. Su preferencia eran niñas de entre cinco y nueve años.
Ortiz consiguió llevarse a las niñas a su piso de Hortaleza hasta en dos ocasiones. Este puso todo su empeño en no dejar ningún rastro, pero se encontró su ADN en la ropa interior de tres de las cuatro niñas. David Aleman “viaja” hasta la casa de Antonio Ortiz para analizar el escenario del crimen.
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