Alberto Hernández, de 30 años, desapareció el 4 de agosto. Estaba pasando el verano en su finca familiar de la pedanía murciana de Casas Nuevas, en Mula. La tarde de aquel día salió a dar un paseo por la Sierra Espuña sin documentación, dinero ni equipaje. Con el paso de las horas, la familia dio la voz de alerta. A Alberto le habían diagnosticado un problema de salud mental, pero no seguía ningún tratamiento porque él decía encontrarse bien. Su teléfono móvil dio señal durante una hora a pocos metros de una finca cercana a la de su familia. Se hicieron varias batidas, pero no tuvieron éxito.
A finales de agosto, la familia recibió varias llamadas de testigos que situaban a Alberto desorientado, sin rumbo, por la zona de Benidorm y San Juan. Fueron a buscarlo, pero no lo encontraron. También se barajó la hipótesis de que Alberto se hubiera ido de forma voluntaria, haciendo autoestop, o de que hubiera sufrido un brote psicótico.
Ahora, la familia sigue buscando; ha vuelto al punto de inicio: a la sierra donde Alberto desapareció.
Hablamos por teléfono con el hermano del desaparecido, Jero Hernández, sobre qué cree la familia que le ha podido pasar a Alberto.