Un padre, Marcos Javier Mirás, mató a su hijo de 11 años en el Día de la Madre. Estaba divorciado y con una orden de alejamiento de su exmujer que en ese momento no se encontraba en vigor. A primera hora de la tarde, Marcos llevó a su hijo al monte, le dio un golpe mortal con una pala y lo tiró por un barranco. Ese día tenía que dejar al niño en casa, pero ese momento nunca llegó, por lo que la madre y su familia se alarmaron y comenzaron a buscarle por todas partes, incluso en el motel del padre, donde al día siguiente este fue detenido. Marcos se derrumbó, contó todo lo que había pasado y llevó a los investigadores al lugar donde estaba el cuerpo sin vida de su hijo.
En el juicio, el parricida ha asegurado que el niño “tenía odio en la mirada” y que eso fue lo que le enervó. El jurado lo ha declarado culpable por unanimidad.
Hablamos con Yolanda Besteiro, abogada y presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, sobre este tipo de casos de parricidio.